Nacer con las mañanas

Nacer con las mañanas

lunes, 15 de octubre de 2012

¿SOS OPTIMISTA?



TODA MI VIDA HE TRATADO DE SER UNA PERSONA COHERENTE, Y SER PARA MIS HIJOS UN EJEMPLO. UNA PERSONA QUE QUIERE CRECER COMO SER HUMANO Y SER MEJOR CUANDO ME VAYA DE ACÁ DO QUE CUANDO LLEGUÉ.ACREDITO QUE EL OPTIMISMO ES  MUY IMPORTANTE Y TE  EMPUJA SÍ A SER CADA VEZ MEJOR
COMPARTO ESE TEXTO QUE ESTA MUY LINDO.
UN BESO EN TU CORAZÓN 
Y SE OPTIMISTA, NO ES TAN DIFÍCIL, PERO ES MUY PLACENTERO.
LIANE FELIZ 


Época del renacer, 
la primavera es la estación ideal para dejar fluir las emociones, los sentimientos y nutrir un pensamiento optimista.
 
Una persona que piensa en positivo:

* Ve el medio vaso lleno porque se considera merecedora de las cosas buenas que vive.
* Tiene en claro sus objetivos. Busca el tren, no se queda a esperar que pase, y tampoco desperdicia la oportunidad si pasa alguno bueno que no esperaba.
* Sabe aprovechar al máximo cada situación. Si para el tren, lo toma.
* Aprovecha cada instante para focalizar su atención en cómo hacer algo, y lo hace. Si el tren está en movimiento, se las ingenia para concentrarse en el barrote para agarrarse y el escalón para pisar, pone la fuerza y sube. Si es el tren deseado, busca una buena ubicación. Si se da cuenta de que no era el tren que imaginaba, se baja lo antes posible. No insiste en causas perdidas.
* Tiene presente su propio valor y busca que se concreten las cosas que necesita para aumentar su bienestar.
* Es conciente del poder constructivo -o destructivo- que tienen sus pensamientos. Por eso se esfuerza por utilizarlos a su favor.
* Aborda la vida con una actitud desafiante, enérgica, creativa. No se deja abatir por los obstáculos o tropiezos que se le presentan porque puede reconocer que, más allá de las circunstancias que viva, lo que realmente cuenta es el pensamiento que tenga respecto de esa experiencia.

Más allá de las cosas que nos pasan, todos podemos crear pensamientos optimistas. La diferencia radica en que algunos los utilizan de vez en cuando y otros, siempre (o casi siempre). La clave de la renovación mental está en aprender a usar tus pensamientos en forma positiva con toda la frecuencia que sea posible.

Fortalecé una actitud que te ayude a aprovechar al máximo las 1440 oportunidades que tenés a diario. ¿1440? Sí: ¡1 por cada minuto!

               
¿Pensás en positivo? ¿Cuán a menudo? ¿Sentís que te merecés lo mejor? ¿Creés que podés aprender de cada situación? Cómo pensamos determina cómo vivimos.

El pensamiento optimista no debe ser confundido con un falso conformismo. Por el contrario, encierra el poder de la creatividad y permite actuar en profunda conexión con nuestros deseos.

Ayer
Firmá la paz con tu pasado. Muchas personas tienden a pensar lo vivido prestando atención preferentemente a los errores o sufrimientos que debieron atravesar para llegar hasta el presente. Una situación muy común consiste en reprocharse por no haber actuado de otra manera, es el clásico “si hubiera...” que tanto detiene la acción. En vez de rumiar un pasado que, para bien o para mal, ya se escribió, mejoremos la letra en este presente: es la única forma de conectarse con las cosas que sí es posible mejorar.

A la hora de pensar en el pasado, reconciliate con él. Firmá la paz, aceptalo, y dejá ir los rencores y los malos recuerdos. Focalizá tu memoria en los momentos positivos, perdonate los errores, concentrate en tus logros. Luego, escribilos en un papel y volvé a leer la lista de tu pasado optimista cada vez que el ayer amenace con bloquear ese momento único del que disponés: hoy.

Hoy
Aprovechá cada día. ¿En qué consiste para vos tener un buen día? Si no lo sabés con certeza, identificá qué situaciones o vivencias hacen que algunos días sean mejores que otros. ¿Qué aspectos creés que podés cambiar para que tus días sean buenos?

Hacé una lista de lo que hacés durante el día y, al final de la jornada, calificá cada cosa en una escala del 1 al 5. Por ejemplo: 1= Hizo mucho peor mi día, 2= Hizo peor mi día, 3= No influyó en mi día, 4= Hizo mejor mi día, 5= Hizo mucho mejor mi día.

Luego pensá si podés evitar aquellas cosas que empeoran tu jornada. Si no es posible, elaborá estrategias para mitigar tu impacto negativo. Quizá te sorprendas al reconocer que algunas de las cosas que empeoran tu día se podrían desvanecer con un poco de organización. Por ejemplo, si llegar tarde a la oficina ya te predispone a un mal día, dejá las cosas preparadas la noche anterior, levantate 15 minutos antes, poné 2 alarmas en vez de una... Ganale al tiempo y empezá con el pie derecho.

Mañana
Escribí tus deseos. Hace una carta en tercera persona, como si otro hablara sobre vos, contando en forma concisa y clara cuáles fueron tus logros, deseos, sueños y esperanzas.  Después guárdalo en un lugar seguro para no perderlo. Pasado un año o más, léelo nuevamente... ¿te acercaste un poco más a tus anhelos? ¿Lograste algún deseo pendiente? ¿Seguís sintiéndote identificado con lo que escribiste?

Si querés podés cambiar ese testimonio, actualizarlo con las vivencias del último tiempo, aquellos nuevos proyectos, los desafíos cumplidos y otros por cumplir. Lo importante es que siempre rescates tus deseos, sus sueños... y que los mantengas en mente para actuar de modo de alcanzarlos y disfrutar de ellos.

                                                        Prof. Dr. Alberto Cormillot