La consciencia

Hace un tiempo estuve participando de un seminario de enfermedades psicosomáticas y desde entonces vengo haciendo cambios en mi vida, desde la forma como me dediqué a aprender a cocinar, hasta en la manera de no interferir en la vida y decisiones de mis hijos.
Es porque estoy segura y convencida que la cantidad de energía y consciencia que uno deposita (pone) en cada actitud, es fundamental para el resultado obtenido.
Hoy en día, ya se habla ampliamente de energía, que todo lo que uno piense o haga, tiene una carga de energía, quizás sea eso a lo yo que me refiero, esa energía, sea buena o no, es lo que determina el resultado de las acciones de cada uno. Y siempre me reporto a mi abuela, - qué personita importante en mi vida, en mis decisiones, en mi genética - y siempre que hablo de ella se me nota una sonrisa en la cara, porque ella siempre la tenía en la suya. Qué personita agradable, simpática y positiva, más que positiva, optimista.
Sí, optimista y eso se me pegó de tal forma que hasta hoy no me rindo a pensar que algo no me va a salir bien.
Creo que logré pasar eso a mis hijos, porque los veo bien, dentro de sus profesiones y matrimonios. Jamás los he incentivado a las quejas y siempre les preguntaba ¿y qué piensas hacer respecto a eso?
Y cuando hablo de consciencia hablo de consciencia del todo, de tu cuerpo de tu cabeza del tamaño de tu brazo, de lo largo de tu pierna y ese te determina el tamaño de tus pasos de tus defectos y cualidades. Creo que la consciencia corporal te ayuda mucho en tu equilibrio psicológico y emocional, porque a veces te duele la cabeza porque no sabes donde la tienes, o no te acuerdas. Parece raro, pero es mas común que se imagina. Creo que la consciencia es el estar acá y ahora por completo, o sea estoy acá y mi cuerpo y cabeza también están. Mis sentidos están volcados a lo que hago en ese momento, sin odios de ayer o ansiedades por lo de mañana. Entonces podremos poner toda la energía buena y saludable a lo que sea que estemos haciendo y los resultados serán los mejores.
A veces ni son cambios tan significativos, son cosas chicas que hacen mucha diferencia, como estar consciente al momento presente y disfrutarlo. Es ocuparse de las cosas en el momento y no antes. Es tomarse estos 5 minutos y disfrutar de un cariño, de un café, de un abrazo, de una sonrisa, de un amigo, sin culpas del apuro del día a día. Quizás así podríamos ser un poquito más optimistas, conscientes y mucho más felices.